3/19/2009

EL SOL QUE NO TITUBEA

La noche ha inundado mi espacio, recuerdo a un poeta inglés que bien decía que el sol no vacila, por sólo un instante de duda terminaría por apagarse de inmediato; sin embargo el sol descansa y cuando lo hace, el silencio de la noche, cobra vida en el poeta que se asusta con sus versos encendidos. Las estrellas aparecen como bálsamo, sonrien con dulzura, mientras el sol descansa con los sueños de una mujer que no galopa, que vuela y lo hace alto, alcanzando con su mirada una o dos o cientos de estrellas, esas que tampoco dudan, pero se esconden y juegan, como la niña que descalza baila bajo la lluvia, la que sueña con un mundo alborotado en su propio laberinto de olores y sabores, de epitafios galopantes con la muerte del tiempo mismo.
Al alba, cuando compruebo que el sol a despertado sin titubear, me visto de esperanza por saber la duda inefable llega acompañada de una muerte que en si misma no significa mas que una de las caras de la misma moneda que contiene a la vida. La vida estrellada de dudas, la vida que anda con pasos firmes, la vida que no ve el futuro, si no el paso que se da en cada momento, la vida que acompaña al sol cuando duerme, la vida que mantiene la noche y justo el instante mas oscuro es el que espera instantes antes del amanecer, ahí; también la vida vive, rendida no en la duda si no en la certeza del brillo que trae consigo la esperanza de un nuevo día. 

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