5/11/2009

Después de un larga semana y lejos ya de cualquier ocupación que robe mi atención, me vuelco en la buena fortuna de poder admirar este precioso paisaje que tengo delante, el sol esta a punto de esconder su cara, ilumina con tonos distintos de naranja el cielo de este poblado maravilloso, la altura de estos pinos parecieran pelear por querer alcanzar las luces destellantes que pronto cubrirán el cielo. Mientras tanto me he tumbado sobre una manta azul, me acompañan WilliamShakespeare, un concierto ligero de instrumentos de viento y un vaso pequeñito con Dobel, suave mezcla de crema de cajeta con tequila. Talvez fue un sol ocultándose, el dobel o ese corazón que me lleva a través de los sueños a mundos nuevos o no tan nuevos como el Sueño de una noche de verano y en él, me he quedado profundamente dormida, escucho un murmullo, las palabras de Shakeaspare susurraban en mi memoria somnolienta:  “Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida esta rodeada de ellos ” Un silencio contenido y cinco actos. Un mundo de amor y confusión impregnaba cada escena,Hermia amando a Lisandro, Demetrius sin ser correspondido y la bella Helena obsesionada con el menos acogido. Los elfos, duendes y hadas aparecían desde un bosque cercano a Atenas, bailando Puck rociaba con vida contenida en flores los ojos de quien enamorado debía corresponder al indicado. Una reina apasionada con cierto toque de arrogancia que cautiva, hacía rabiar al rey de los Silfos. Oberón ha ordenado entonces que la magia en manos de ese travieso distraído llegue a Titania para que encuentre una lección a tan grande petulancia y la orgullosa hada a quedado prendada a un asno por usar la magia en el menos advertido. La noche transcurre mientras Puck, el travieso silfo, remienda tan penoso enredo y organiza a las parejas disparejas en parejas por fin en muy queridas. Se casan los cuatro en la boda de Hyppolita y Theseus, y se divierten como enanos al presenciar la escenificación de varios actores inexpertos de la muy dolorosa comedia y crudelísima muerte de Piramo y Tisbe. Sé que aun en sueños, entre susurros de palabras y San Juan de una noche de verano extraviado con sus hadas, existe la magia en cada encuentro, con cada ser. Esperaré por Shakespeare de nuevo.

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