5/09/2009

Entre en un sueño profundo, lo sabía; las sensaciones habían sido únicas, escaparon de una irrealidad semejante al sueño de una quimera. Frente a mi un alebrije insuperable tomaba forma. Los colores reflejaban la vida de quien ha habitado un mundo lleno de experiencias heterogéneas, rojos de pasión, azules del cielo surcando continentes, verdes que truncan la vida de una tierra donde la esperanza crece con las semillas de la letra impresa, el naranja de la amistad que corrompe actos de beligerancia, el amarillo de la sonrisa que ilumina como el sol, un morado insolente, el gris de una mirada bella y brillante. Los colores del alebrije iluminaban mi camino  de arco iris, era fácil entonces distinguir un rumbo. No quiero despertar del sueño. 

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