7/18/2009

¿En qué crees?

Te encontré de pronto por la calle, una alegría inmensa recorrió mi cuerpo al verte hasta expresarse en forma de abrazo y una gran sonrisa continuaba diciéndote lo feliz que me hacía encontrarme en tal coincidencia contigo. Tantos años han pasado. Te tome del brazo y caminamos sin rumbo. Yo buscaba un periódico; tú, visitando mi Valle querido. Me has hablado de tu vida, me llena verte tan contento y realizado. Has hablado sin parar, te he escuchado igual, estoy segura no quisiste ser imperativo o absoluto en el sentido estricto de expresar una opinión que pudiera sonar indiscutible y aunque ciertamente no estoy de acuerdo en algunos puntos que mencionaste, percibo en ti, una claridad que me compromete, pues sé, es la misma que tomo en cuenta a tomar decisiones y a partir de allí elegir creer. Así que aprovecho cualquier espacio y a tu ultima pregunta, a propósito de la fe, te respondo: Sí, soy una mujer creyente. Creo en el ser humano, en su capacidad de percibir la divinidad implícita en la grandeza de un bosque portentoso o en la inmensidad del océano, en una mujer embarazada donde nos permite ver el prodigio de un cuerpo albergando el latido de dos corazones, la hermosura en la mirada de un niño impregnada de tanta inocencia. Creo en la magia que incita y mueve al amor, me asombra la manera en que rompe con los límites establecidos. Creo en el esfuerzo y en el trabajo diario, en la honestidad y en el valor de la palabra. Creo en los horizontes, también el del mar más sin perder de vista la sensación de tender mis pies sobre la arena húmeda y caliente. Creo en la capacidad de elegir y entregarme incondicionalmente. Creo en un absoluto como principio del amor. Creo en el silencio como principio del encuentro conmigo misma. Tanto es que creo que no puedo ser mas que una creyente, creo en ti y en mí, en mi país y en mi gente, creo en tu dios y en los otros. Creo porque confío en la vida, en la nuestra. Querido Antonio, para cuando leas este enlace, me encantaría que cerrarás los ojos, que recorrieras el tiempo hacia atrás y recordaras esta escena: Dos niños acostados sobre el pasto, buscando formas a las nubes. -Dios existe? -Yo creo que sí. Ya ves se murió Manchas y dicen que esta en el cielo con Dios. Fuiste por mi al jardín, casi cuando la noche había llegado. - Qué haces todavía aquí, te están buscando? - Toño yo creo que nos han mentido, he buscado a Dios y a Manchas durante toda la tarde y no los he visto. Te timaron primo. Apuesto mi vida a que has sonreído. Un beso en el alma.

4 comentarios:

vuelo de hada... dijo...

Me has sacado mas de dos lágrimas amiga, que mas puedo decirte, que hable por mi el silencio y un fuerte abrazo.

Silencios dijo...

Raquel la foto que tienes con tus hijos a mano derecha es PRECIOSA, te siento tan feliz que me contagias.

Yo creo en ti, y en todo ser que me rodea, incluidas sus miserias y mentiras. Creo por naturaleza con cariño y sinceridad, pase lo que pase.

Mi pregunta seria ¿que haré cuando deje de creer?

Mil abrazos Princesa

Ursus Polaris dijo...

Me has dejado sin habla, Raquel. Tus palabras son como una oración penetrante. Tan profundo te ensanchas... en tu verdadera naturaleza. Qué claridad de ideas. Las creencias son algo tan personal que si las exponen no sabes bien cuál es su mirada.
Te regalo un beso, ¿lo aceptas?

Anónimo dijo...

Eres una lagartija y este un lugarcito lleno de tesoros para tus niños. Responde algo, porqué siempre esperas el mejor momento para hablar? Lagartija escurridiza.
Un abrazo mi Raich