5/29/2009

Sin opción

Debía existir un método de auto-observación, en el que seamos capaces de darnos cuenta que el grado de irritabilidad se debe a la forma irresponsable en la que nos concedemos a nosotros mismos la razón, pues todo lo que pasa, sucede en nuestra mente. No hay más. Hoy envuelta en una irritabilidad terrible, me siento liquidada, en silencio - como no puede ser de otra manera- aguardo y puedo darme cuenta que todo sigue su curso, los árboles bailan con el viento, los niños ríen, el tráfico vehicular continúa, las nubes nadan en el mar del cielo, las horas pasan, cuco ladra, las bordadoras suenan, las máquinas andan y la mente dispersa; se enfada. Vivo convencida que cuando formamos nuestra personalidad, implícitos llegaban los condicionamientos, estos inevitablemente logran una imagen distorsionada de nosotros mismos o del mundo que habitamos, percibimos acciones y en ellas, en ese caparazón nos defendemos de todo lo que no nos gusta o estamos acostumbrados o sale de nuestro paradigma de condiciones. Pero estas, son condiciones del pasado; la vida cambia y ante la realidad seguimos reaccionando con pensamientos anacrónicos. ¿Qué estoy dispuesta a asumir? La realidad que es o la que no me conviene. Entonces una voz surge " Atente a las consecuencias por elegir pasarla mal, no existe nada ni nadie que sea lo suficientemente absoluto para que le dones tu poder de elegir sobre como sentirte... Igual, eres tú quien eliges" Respiro profundo, escribo esta pequeña entrada y sigo adelante, enfocada y consciente por dejar el mal humor atrás, voy a disfrutar el cansancio, la angustia por cumplir compromisos, voy a disfrutar el ruido de las máquinas, del celular sonando infinito número de veces. Voy a disfrutarlo porque al final no tengo más opción.

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