6/11/2009

Pérdida o Ganancia

Alguien cercano a mi, me ha hecho saber sobre unas líneas que ha leído las cuales he escrito y le parecieron una autocrítica que además que no esperaba, la siente un poco o un tanto fuera de la realidad. He recordado a mi estimada amiga Silencios y respondía hace unos días en su blog -creo que a Andrés- que le llamaba la atención como relacionaba los textos que escribía con su vida personal. Sin temor a equivocarme, siento que todos los que escribimos, corremos el riesgo de que así sea. Es tanto el mundo interior que emerge, que el reflejo de nuestra vida privada puede dar atisbos silenciosos de lo que cada quien vive en este preciso momento. Aunque es verdad que la técnica en los textos es variada, existen poetas disfrazados de alebrijes, que dan pinceladas de color con tan solo unir palabras, las que por si mismas no dicen demasiado pero que encierran un contexto de significados profundos y dobles sentidos únicos. Hay como Silencios, quien con una sensibilidad impecable, toma palabras para escribir historias expresadas en líneas cortas y son todas llenas de pasión, de amor, de nostalgia, de sabores o de entrega. Existe quien se introduce en un mundo mágico y ahí redacta cuentos con un ensamble perfecto de acontecimientos. Y entre tantos tipos diferentes de escritura habemos quien describimos bien la realidad que percibimos, lo que sin duda puede ser una autocrítica constante y lo es porque en todo aquello que ponemos nuestra atención va implícito la imagen del mundo que habitamos y ese mundo, ciertamente no es el que percibes con los cinco sentidos. Si encaja el rompecabezas o no, no lo sé. Tampoco es importante, algo habré sentido en ese preciso momento. Momentos en el que el escritor refiere a infancias y no a política, a filosofía y no a literatura, a empresas y no a fiestas. Me parece que en todo caso lo verdaderamente importante es ser congruentes en todo lo que hacemos, decimos y pensamos, porque vivo convencida que hay un tipo de lenguaje que ni siquiera el lenguaje corporal es capaz de transmitir y que por si mismo logra que él que esta frente a nosotros sepa sin palabras lo que significa congruencia. Y al final todo es una cuestión de elección, se elige tener el valor para asumir una autocrítica por medio de palabras escritas, se elige sonreir o llorar, trabajar por alguien o vivir en la apatía, crear o dormir, leer o escribir, elegimos la honestidad o la mentira. Es tanto nuestro poder de elección que eliges perder o ganar hasta las personas que nos rodean o decimos amar. Aunque ha esta última premisa, me pregunto ¿Cómo se pierde algo que nunca ha sido tuyo? Será otro espacio de reflexión, entonces.